Todas recordamos la primera vez que descubrimos una venita saltada en nuestras piernas. El sentimiento de impotencia y preocupación te invade al no saber cómo tratar este grave padecimiento, sobre todo al pensar que no hay vuelta atrás. Sin embargo, tratar tus várices es un procedimiento mínimamente invasivo que tiene grandes resultados para disminuir la apariencia de las mismas.
Para lograrlo es importante reconocer el tipo de várices que están presentes en tu sistema. A grandes rasgos, existen dos posibilidades, por un lado puede ser que la vena dañada se encuentre en la zona profunda o bien puede tratarse de una arañita, la versión “pequeña” de las várices que aparece de forma superficial en tu piel. En el caso de las várices, éstas suelen aparecer en la parte trasera de las piernas y en casos de embarazo incluso en la vagina y en los glúteos. Por su parte, las “arañitas” pueden aparecer en prácticamente cualquier parte del cuerpo, pero suelen concentrarse en las piernas y la cara, y como bien indica su nombre, suelen tener la apariencia de una araña o telaraña.
En ambos casos, éstas venas alteradas suelen ser un indicio de un problema mucho mayor que el simple aspecto da. Las várices aparecen debido a las fallas que las venas tienen al “bombear la sangre”, acción que resulta particularmente difícil en la zona baja del cuerpo. Por eso es conveniente realizarte un Eco-Doppler, un procedimiento que detecta cualquier problema que pueda existir en la zona, cuyo resultado indicará para las acciones que se deben tomar para eliminar el aspecto de las várices y sobre todo el problema interno que las genera.
En Clínica de Terapia Vascular, encontrarás al equipo más capacitado de especialistas en el tema. Desde tu consulta de valoración hasta el seguimiento post-procedimiento, el personal que compone la clínica te brindará la atención personalizada que necesitas y se encargará de responder todas tus dudas.
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